Eres estúpido, totalmente ridículo. Intentas hacer como si no existiera y olvidarte de mí. Intentas alejarte y hacer que te aborrezca y termine desechándote de mis pensamientos. Pero si lo haces todo a medias, ¿cómo pretendes que consiga hacerlo? Te olvidas de que aún sigo teniendo vías de camino hacia ti, de que tú mismo las buscas. Tratas de hacerte el valiente, de subir tu ego pensando que conseguirás que volvamos a ser unos desconocidos. Pero te equivocas, te equivocas por completo. ¡Ojalá supieras hacer las cosas bien por una vez en tu vida! Pero eres tan cobarde que tienes miedo a despegarte del todo del pasado, y sin embargo pretendes olvidar las partes que no te interesan. De verdad, si pudieras borrarme de tu panorama por completo, quizás en un principio me enfadaría e invocaría a todos tus muertos, pero luego te estaría agradecida, porque así tendría un motivo real para olvidarte que fuera más allá de que me hubieras roto mis esperanzas en el amor. No sabes lo que es querer olvidar a alguien, no haberlo querido conocer tanto como lo has hecho y poder pasar por su lado siéndoos indiferentes. No digo que no quisiera conocerte, digo que no quisiera haberte conocido de esta forma. Tal vez hice mal en confiar, tal vez herré al querer construir un puente entre tu boca y la mía, pero te diré algo, no me arrepiento. Puedo parecer bipolar pero no, es algo aún más sencillo. Que desee habernos conocido de otra forma no significa que lo que hayamos vivido me resulte irritante, todo lo contrario. Paso noches y días pensando en un "¿qué pasaría si…?" y dándole vueltas a la relatividad de los hechos. Pero es un hecho sin discusión que el tiempo ha pasado y las agujas del reloj han dado muchas vueltas desde entonces, y te aseguro que darán muchas más antes de que esto llegue a un final. Lo que no sabemos es cuál será dicho final: ¿nos iremos cada uno por el lado por donde vinimos, o seguiremos un mismo camino pero de forma paralela? ¿Sería posible incluso que llegáramos a juntarnos una vez más? Siento confesarme enlazada a esta última posibilidad con cadenas de acero inoxidable que sólo podrán soltarse cuando la primera de todas suceda, ya que incluso si siguiéramos vidas paralelas, sentiría la impetuosa necesidad de imaginarnos en la misma cama a la misma hora y con el mismo objeto de deseo. No obstante no pienso dar mi brazo a torcer como ya he hecho antes, y aunque no te lo creas, vas a tener que luchar con espada contra una guerrera novata pero con más fuerza que cientos de maestros juntos, porque aquí lo único fácil va a ser decir "me rindo: lo siento".
No hay comentarios:
Publicar un comentario